Seguro de Salud

Sí. Una de las principales ventajas frente a la sanidad pública es que no necesitas pasar por tu médico de cabecera para ser derivado. Con tu seguro médico privado puedes elegir al especialista que prefieras y pedir cita directamente, lo que reduce al mínimo los tiempos de espera.

El periodo de carencia es el tiempo que debe transcurrir entre la contratación de la póliza y la posibilidad de usar determinadas coberturas, como partos, hospitalización o cirugías. No todas las coberturas tienen carencia, y la duración puede variar según la aseguradora.

En Asegura.com te informamos de manera transparente sobre los plazos para que no tengas sorpresas cuando necesites usar tu seguro.

Las enfermedades preexistentes son aquellas diagnosticadas antes de contratar el seguro. Cada aseguradora define sus propias reglas, pero en general pueden excluirse de la cobertura o implicar primas más altas. Es fundamental declarar cualquier condición preexistente al contratar para evitar problemas futuros.

Dependerá del tipo de enfermedad y de la póliza, pero tener una condición de salud previa no siempre es un impedimento. Algunas aseguradoras pueden aplicar exclusiones o ajustar las condiciones, mientras que otras ofrecen alternativas adaptadas. Nuestro equipo analiza tu caso y te asesora sobre las opciones disponibles para que tomes la mejor decisión.

Depende de la aseguradora y la póliza. Algunas pueden rechazar la solicitud, imponer periodos de carencia o cobrar una prima más alta por condiciones preexistentes. Es obligatorio declarar cualquier enfermedad al momento de contratar para evitar la cancelación de la póliza o la negación de cobertura en el futuro.

No necesariamente. Existen pólizas básicas desde unos 20 €/mes, y planes más completos para quienes buscan coberturas adicionales. El precio final depende de factores como la edad, el número de asegurados, el nivel de cobertura o si eliges un seguro con o sin copago. En Asegura.com te ayudamos a encontrar el equilibrio entre precio y protección, para que no pagues de más.

Sí, puedes asegurar a tu pareja e hijos en una misma póliza familiar. Esto suele resultar más económico que contratar seguros individuales, y además simplifica la gestión porque todos los miembros de la familia quedan cubiertos bajo las mismas condiciones.